Se publicó en iprofesional una nota firmada por nuestra directora de Learning & Development, Adriana Carel, sobre la seguridad psicológica en el trabajo y el rol de los líderes. Para acceder a la publicación original, ingresar aquí.
“¿Y si no lo hago bien?”: el papel fundamental de la seguridad psicológica en el trabajo
Cuáles son las 4 etapas de la seguridad psicológica en el trabajo y qué cambios fundamentales deben impulsar los líderes para conseguirla
En una clase de pintura me encontré frente a un lienzo en blanco, con el desafío de capturar el rostro de Simone de Beauvoir. La ansiedad me invadió: ¿y si arruinaba la expresión? ¿Cómo lograr que sus ojos reflejaran su fuerza? Sentí temor de hacerlo mal.
Sin embargo, la contención y seguridad del grupo, sumadas a la confianza de la profesora Rosana, me permitieron avanzar. Al dejar de lado los prejuicios, descubrí que el verdadero arte nace de la confianza compartida, del espacio donde la creatividad fluye sin temor a ser juzgada.
Lo que viví en la clase de arte no es diferente a lo que ocurre en nuestros espacios de trabajo. En cada reunión, proyecto o desafío laboral, el lienzo invisible sobre el que trabajamos está teñido por nuestras ansiedades, nuestras dudas y las exigencias que nos imponemos. Es fácil quedar atrapado en la parálisis del “¿y si no lo hago bien?”, pero es aquí donde la seguridad psicológica juega un papel fundamental.
Etapas de la seguridad psicológica
Timothy R. Clark describe las etapas de seguridad psicológica como un proceso que comienza con la inclusión, pasa por el aprendizaje y la contribución, y culmina en el desafío. Cada una de estas etapas nos invita a pintar con más libertad, sabiendo que, aunque nuestros trazos no sean perfectos, serán respetados y valorados.
Las 4 Etapas de Clark son:
- Seguridad de Inclusión: sentirse aceptado en el grupo es el primer paso. Sin esta base, las personas no se abren a participar plenamente.
- Seguridad de Aprendizaje: para aprender, debemos estar seguros de que podemos cometer errores sin ser castigados. Este es el corazón de una cultura de crecimiento.
- Seguridad de Contribución: sentir que nuestro trabajo es valorado y tiene un impacto real es esencial para la motivación y el compromiso.
- Seguridad de Desafío: la fase más avanzada, donde el equipo se siente seguro para cuestionar el statu quo y proponer nuevas ideas, es donde realmente ocurre la innovación.
Pero no se trata solo de crear un espacio donde se tolere el error. Se trata de fomentar un entorno donde el error sea visto como una oportunidad de aprendizaje, donde el trabajo en equipo sea el pincel que nos permite completar el cuadro.
¿Cómo podemos esperar que surjan ideas brillantes si no damos a nuestras personas la seguridad para equivocarse, aprender y, sobre todo, ser auténticas?
El papel de los líderes
En este lienzo invisible del trabajo, los líderes tienen un rol crucial. Son ellos quienes, con su ejemplo, marcan el tono de la organización. Si promueven un clima de apoyo y confianza, donde cada voz tiene valor, están proporcionando las herramientas necesarias para que el equipo se atreva a pintar con audacia. Por el contrario, si el temor al juicio y la competencia insana predominan, el cuadro final será uno lleno de restricciones y conformidad.
El filósofo Byung-Chul Han habla de la “sociedad del cansancio”, donde la autoexigencia constante y el culto al rendimiento nos agotan y nos vuelven menos creativos, menos humanos. Romper con este ciclo requiere un cambio profundo en nuestra manera de entender el trabajo: menos como un campo de batalla donde debemos probar nuestro valor, y más como un espacio de co-creación, donde cada pincelada cuenta.
Entonces, ¿qué estamos pintando en el lienzo invisible de nuestras organizaciones? ¿Estamos creando espacios donde las personas puedan ser auténticas y valientes? ¿Estamos dispuestos a confrontar nuestras propias resistencias y las de nuestros equipos?
El arte, como el trabajo, no es solo el resultado final, sino el proceso, el viaje que compartimos con otros. Y ese viaje solo es significativo cuando se recorre con confianza, con seguridad y con la tranquilidad de ser quienes realmente somos. La seguridad psicológica no es solo un objetivo; es un camino continuo que exige valentía, compromiso y, sobre todo, humanidad.
Al final, el lienzo invisible del trabajo es un reflejo de nosotros mismos. Cada trazo cuenta, cada decisión marca el cuadro que dejamos como legado.
La pregunta es: ¿qué queremos que se vea cuando todos los colores se hayan secado?
*Adriana Carel, Directora de Aprendizaje y Desarrollo de Whalecom