Una reciente investigación revela información valiosa acerca de esta modalidad que adoptan cada vez más organizaciones.
En el mundo del trabajo, la etapa pospandemia estuvo fuertemente signada por una tendencia que se manifestó de manera muy notoria: el avance de los entornos laborales híbridos. Una alternativa que aparecía tímidamente en años anteriores pero que se tornó masiva cuando las empresas retomaron la actividad tras el aislamiento.
Esta nueva situación trajo diferentes inquietudes entre los líderes que necesitan saber cómo profesionalizarse ante el nuevo escenario, y las mismas compañías que buscan establecer políticas y procedimientos para manejarse con el personal. Frente a esto, no existía un relevamiento local o regional que indicara cómo perciben los colaboradores estos cambios tan importantes.
Todo esto llevó a la realización de “Trabajo en entorno híbrido”, una investigación de Whalecom, cuyos resultados completos y detallados se darán a conocer en breve. Allí se analizaron las respuestas provenientes de diferentes industrias y países de la región, especialmente Argentina y Uruguay, brindadas por participantes de diversos niveles, edades y antigüedad.
Entre los temas tratados se destacaron la propia caracterización del trabajo en un entorno híbrido, cómo se vive la experiencia, si es positiva o negativa, qué tan recomendable resulta, en qué medida se cumplen las expectativas de productividad y desempeño individual, el papel de la tecnología y los diversos factores que inciden en el desarrollo del trabajo en este marco.
Podemos mencionar entre los principales hallazgos que el 83,4% de los consultados respondió que su manera de trabajar cambió luego de la pandemia, a la vez que siete de cada diez señalaron que actualmente combinan la presencia en la oficina con la realización de tareas en forma remota.
Otro dato destacado es que el 78% de los que trabajan en modalidad híbrida aseguró que ese esquema le permite obtener un equilibrio saludable entre la vida personal y laboral. Esto cobra mayor relevancia en tiempos en el que el tema de la salud mental se ha instalado como prioridad dentro de las organizaciones.
En ese mismo sentido, las personas que se desempeñan bajo un entorno híbrido muestran una mayor propensión a prolongar su permanencia en el puesto: el 68,6%% contestó que se ve en el mismo lugar de trabajo dentro de dos años, poniendo cierto límite al índice de rotación tan alto que en un momento se había generado.
Como conclusión general, los datos son sorprendentemente favorables al modelo híbrido. La percepción en la gente es muy positiva, siente que su manera de trabajar cambió para bien, lo cual nos invita a profundizar estas políticas que tan buen impacto han generado. Ese será el principal objetivo en la etapa que viene.