Las iniciativas de género dentro de una organización no pueden limitarse a formalidades ni a proyectos puntuales. Deben formar parte de una cultura que contemple integralmente la inclusión y la diversidad.
¿Se bajó desde la dirección la orden de abrir más lugares a las mujeres? Sí.
¿Se ensayaron decenas de variantes para que los ejecutivos hombres no se molesten? Sí.
¿Se enojaron igual? Sí.
¿Se completó el porcentaje requerido? Sí.
¿Tenemos entonces una empresa que respeta y promueve la diversidad de género? No.
La diversidad de género no es una moda, ni una cuestión de voluntarismo, ni se puede implementar a las apuradas, ni puede ser una medida aislada de la cultura de la organización. Por el contrario, forma parte de un proceso de transformación que debe encararse en profundidad y a todos los niveles.
En efecto, en la actualidad la conformación de equipos diversos para impulsar los resultados de negocios, lograr la innovación y reforzar el engagement tiene un lugar estratégico en la agenda de las compañías. Desde Whalecom trabajamos activamente junto a ellas en la generación de culturas que fomenten la diversidad y promuevan la inclusión.
Desde nuestra perspectiva consideramos la gestión de la diversidad debe abordarse sucesivamente desde los paradigmas de la no discriminación, de la legitimización y de la integración. Alcanzada esta última etapa, la diversidad se convierte en fuente de cambio y se hace posible trabajar juntos con nuestras diferencias.
Una cultura inclusiva
Entendemos a la diversidad como una comunión entre las diferencias individuales visibles e invisibles, e interpretamos que es necesario generar una cultura inclusiva en la que los individuos y grupos puedan desplegar su máximo potencial mediante el apalancamiento de sus experiencias y puntos de vista únicos para el beneficio colectivo.
A partir de esa perspectiva, desarrollamos estrategias de trabajo para promover la diversidad y la inclusión con foco en cuatro áreas: el negocio, los equipos, la cultura y la gente. Una manera de abordar este trabajo suele implicar la perspectiva de género como uno de los ejes clave de la diversidad.
Un ejemplo de ello es la experiencia que llevamos a cabo recientemente en partnering con YPF, donde más de 80 mujeres que cumplen diversas funciones en la compañía participaron de una actividad enmarcada en esta temática.
Allí pudimos indagar sobre las principales problemáticas que enfrentan como mujeres dentro de la organización, implementar un lab de soluciones basado en la metodología de design thinking, brindar un módulo de autodesarrollo para optimizar el aprendizaje y acelerar las carreras, y potenciar las iniciativas de YPF con foco en Desarrollo Profesional de Mujeres.