Se publicó en Ámbito la columna de nuestro consultor senior Víctor Meliton sobre el impacto en las empresas de la baja aversión al riesgo entre los jóvenes. Para acceder a la publicación original, ingresar aquí.
Los jóvenes y el riesgo: un desafío para la cultura de seguridad
Por Víctor Meliton
Por lo general los jóvenes están más inclinados a asumir riesgos innecesarios o a no seguir adecuadamente los protocolos de seguridad establecidos.
En un contexto laboral cada vez más cambiante, surge una hipótesis intrigante: la baja aversión al riesgo entre los jóvenes en las empresas. ¿Cómo impacta esta conducta en los indicadores de seguridad y cómo podemos impulsar un cambio de comportamiento hacia una cultura de seguridad evolucionada?
Al observar el entorno laboral, es evidente que los jóvenes tienden a exhibir una menor aversión al riesgo en comparación con sus contrapartes más experimentadas. Esta predisposición puede atribuirse a varios factores, como la falta de experiencia y la sensación de invulnerabilidad inherente a la juventud. Por otro lado, la necesidad de explorar, experimentar y demostrar su valía puede llevarlos a adoptar actitudes “temerarias”, subestimando los peligros y sobreestimando sus propias capacidades.
Este comportamiento tiene un impacto directo en los indicadores de seguridad en el lugar de trabajo, que puede derivar en un aumento de accidentes y lesiones, ya que por lo general los jóvenes están más inclinados a asumir riesgos innecesarios o a no seguir adecuadamente los protocolos de seguridad establecidos.
Además, la falta de experiencia puede dificultar la identificación y gestión de situaciones peligrosas, aumentando aún más el riesgo de incidentes y/ o accidentes.
Entonces, ¿cómo podemos apalancar un cambio de comportamiento en los colaboradores más jóvenes para avanzar hacia una cultura de seguridad más evolucionada? La clave radica en la capacitación, la sensibilización y el fomento de una mentalidad proactiva hacia la seguridad..
- Capacitación continua: es fundamental disponibilizar un plan de capacitación sobre la gestión de la seguridad desde la incorporación misma a la empresa. Los programas de capacitación deben abordar los riesgos específicos del sector y del puesto de trabajo, así como las mejores prácticas para prevenir accidentes y lesiones.
- Sensibilización y comunicación: es crucial sensibilizar a los jóvenes sobre los peligros inherentes a su trabajo y fomentar una cultura de seguridad abierta y transparente. La comunicación efectiva, tanto de arriba hacia abajo como entre pares, puede ayudar a crear conciencia sobre la importancia de seguir los protocolos de seguridad y reportar cualquier situación de riesgo.
- Participación activa: desde un mindset ágil, involucrar activamente a los jóvenes trabajadores en la identificación y gestión de riesgos puede empoderarlos y fomentar un sentido de responsabilidad compartida hacia la seguridad en el lugar de trabajo. Esto puede lograrse a través de programas de participación y consulta, así como de la creación de equipos de seguridad liderados por jóvenes trabajadores.
Finalmente y no menos importante,el Reconocimiento. Reconocer y recompensar el comportamiento seguro puede motivar a los colaboradores jóvenes a adoptar prácticas seguras en su día a día. El refuerzo positivo, a través de incentivos y reconocimientos, puede ayudar a consolidar una cultura de seguridad en evolución.
Consultor senior de Whalecom.